La infamia, esa maldita vileza arrastrada por años en los oídos de una parte de la escena musical uruguaya perpetuada en cintas ferromagnéticas, en surcos en un plato de vinilo y ahora convertidas en una infinidad de ceros y unos, típicos de nuestra contemporaneidad y sin importar cual sea el soporte o la calidad de los mismos ellos son fieles reflejos sonoros representativos de una época que dejó de ser hace tiempo, pero que esta bien presente entre quienes curtimos lo que solemos llamar ¨rock nacional¨ y transitamos nuestra niñez/adolescencia durante la ultima dictadura cívico militar y posterior ¨transición democrática¨.
Es dificultosa la tarea y habrá de embarrarse bastante quien quiera transmitir de una forma efectiva a alguna generación mas joven lo que fueron esos años dentro de este genero musical y es que mas allá del registro sonoro y grafico el asunto engloba muchas otras circunstancias tales como lo social, lo político, la represión, la pobreza, sumado a las vivencias y a las diferentes lecturas que cada uno tenga de esa época dentro de su propia subjetividad.
En esos tiempos grises en donde además de la censura institucional también la autocensura tenia un peso importante a la hora plasmar en letras lo que el alma pronuncia, surgieron bandas como Los Estómagos, que sin abstraerse solamente a textos facilongos de drogas, sexo, alcohol y desventuras emocionales introducían temáticas en concordancia con actualidad social y política de la época sin descuidar para nada la argumentacion musical y atmosfera que le imponían a sus canciones tambien por medio de su dialectica lirica que en definitiva marco la impronta de la banda.
Tal así fue que en los pocos años de existencia se transformo en una de las bandas mas importantes y hasta logro reposicionar a su Pando natal como ciudad del rock conocida anteriormente como ciudad industrial y de los quilombos (por los montevideanos).
Este 25 de agosto se cumplirán 33 años de aquella fría noche de 1989 en el cine Cordón con vidrios rotos algunas manchas de sangre y ojos mas húmedos de lo normal en la que Los Estómagos fueron verdugos de una época musicalmente hablando y escribieron el epitafio de aquel rock nacional post dictadura.
Por eso malditos Los Estómagos que sin saberlo ese día cerraron ese ciclo, y gracias por todos lo que nos dejaron.
Ya nada fue igual a partir de ahí, los 90`s llegaron con multinacionales firmando convenios de distribución con algunos sellos locales, la profesionalización de la técnica como normativa y la calidad por sobre lo expresivo fue ganado terreno, la mayoría de las bandas se subieron a ese bondi con algunas excepciones por supuesto, la música gano por un lado y perdió por otro.
Si bien no es bueno quedarse en el pasado ni reivindicar la actualidad como un asunto vanguardista el rock debería de ser arriesgado, contestatario, marcar diferencias, buscar contradicciones por que si no lo hace, No habrá condenado que aguante
Yamandù Romero Balsamo/El Infierno de Luzbelito
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